El periódico recogió testimonios, tanto de Federico Marotta como de los demás investigadores, que se basaron en los testimonios de José Antonio Guillén, un vecino de Celadas que vive en Madrid.
Marotta relató que Tuya salió con otros seis aviones republicanos conocidos como "chatos" ante quienes aparecieron tres aeronaves de combate del ejército Franquista. Las averiguaciones demostraron que dos de esos aviones piloteados por Angel Salas y Joaquín Ansaldo, entablaron un combate aéreo con Tuya.
No se ha conseguido saber qué pasó con el resto de los aviones, y que fueron esas tres aeronaves las que pudieron ver en el aire combatiendo durante 12 o 15 minutos. Se cree que Tuya murió cuando estaba en el aire como consecuencia de la metralla y antes de caer envuelto en llamas.
Antonio Guillén vio la escena cuando estaba con las ovejas y acudió al sitio viendo que estaba sentado con la cabeza hacia atrás, pero muerto, mientras las llamas devoraban el avión. Recuerda también que la metralla hacía explosión por el fuego y que todavía salían casquillos disparados. La guardia civil que llegó rápidamente, les hizo marcharse por razones de seguridad.
Gabriel Tuya, sobrino nieto del piloto, depositó un ramo de flores que había prometido a su padre si algún día encontraban el lugar.
Marotta y el escritor Miguel Palou Bosch y Sergio Capurro, retornaron ayer a Mallorca tras haber puesto nombre a aquel aviador anónimo que murió sobre los cielos de Celadas.